En cualquier situación en la que exista una jerarquía, surgirá una serie de dificultades que pueden provocar revueltas o enfrentamientos con las consecuencias negativas para ambas partes.
Hoy en día, en las empresas exigen mayor involucración por parte del trabajador, más dedicación y más motivación hacia los resultados de la empresa.
El trabajador, por otro lado, echa de menos el interés por sus necesidades y un trato más humano.
Los malos entendimientos son muy habituales, provoca un ambiente laboral cargado de tensión, donde la comunicación es muy forzada y donde los objetivos de ambas partes se ven truncados.
Para evitar que exista un ambiente tenso, será importante poseer una forma de comunicación que ayude a la negociación. Habla los problemas sin atacar ni criticar a la organización empresarial, sé conciliador y habla de los problemas.
Aporta ideas con humildad y total tranquilidad.
Por parte del jefe no podemos hacer nada, él tendrá que comportarse de forma adecuada. Deja una puerta abierta ante un posible error, puedes estar equivocado y los demás tendrán que hacértelo ver.
Si te exige más de lo que puedes hacer, exponlo sin más y reparte responsabilidades siempre que puedas. Nada es inamovible. Intenta mejorar, propón ideas de cambio y espera a que sean analizadas.
Ten en cuenta que si faltara alguno de los dos, jefe o empleado, seguramente ¡el otro tampoco existiría!
No hay comentarios:
Publicar un comentario